Estas empresas son entidades mercantiles que se registran en un lugar, llámese paraíso fiscal, donde no ejercen ningún tipo de actividad económica.
De esta manera, pueden resguardar capitales que pueden, o no, provenir de fuentes ilícitas, gozar de altos niveles de confidencialidad y de bajas tasas impositivas. En pocas palabras son unas empresas pantalla o tapaderas.
Por lo general, son creadas por bufetes de abogados o consultores especializados en la materia, colocando como fachada a un testaferro. Para su registro, los paraísos fiscales suelen pedir importes realmente bajos. Tan solo deben hacerse con una licencia.
Esto es tan popular que de hecho en Internet es posible encontrar sitios que se dedican a realizar los trámites para abrir una empresa offshore donde prefieras.
Esto apenas tarda unos pocos días o inclusive horas y antes de que te lo preguntes ya tienes constituida tu empresa para evadir impuestos. La presencia de las sociedades offshore es una de las maneras más eficientes de ubicar a los verdaderos paraísos fiscales.
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