¿Es consciente el Presidente Lasso que la crisis política no le lleva a otro camino que no sea su renuncia?

 


 ¿Es consciente el Presidente Lasso que la crisis política no le lleva a otro camino que no sea su renuncia?

 

Pablo Dávalos

 

En un texto anterior había advertido dos escenarios: o el ejecutivo aprovecha los impasses con la Asamblea Nacional y declara la “muerte cruzada”; o la Asamblea continúa con su proceso de investigación al Presidente Guillermo Lasso a propósito de las filtraciones de los Pandora Papers, y crea el escenario de su probable enjuiciamiento político y destitución (Entre la destitución y la disolución: la complicada coyuntura política del Ecuador, 12 de octubre de 2021). 

Ahora bien, tal como van las cosas, puede advertirse que el escenario se ha complicado aún más para el Presidente Lasso, y que aquellas condiciones políticas que podían ayudarlo a decretar la muerte cruzada y asumir la iniciativa política, tal como se habían descrito en el texto anteriormente citado, se han deteriorado irremisiblemente. El mismo Presidente Guillermo Lasso ha decidido liquidar la última baza que tenía, aquella de acusar a la Asamblea de bloquear sus iniciativas legislativas en materia económica, y que podía justificar la convocatoria a la muerte cruzada. El Presidente, como se verá más adelante, se ha quedado sin ese argumento. Lo único que puede hacer es amenazar a la Asamblea con la muerte cruzada si nuevamente le bloquea en sus iniciativas, pero ya es demasiado tarde para esas amenazas.

En efecto, el Presidente Lasso ha dicho que esta tercera semana de octubre de 2021 enviará a la Asamblea Nacional los proyectos de ley laboral y tributario, como proyectos económicos urgentes y cada uno por su lado, y amparado en el decreto de emergencia emitido a propósito de la crisis carcelaria que, supuestamente, le permitiría hacerlo. El Presidente Lasso espera que la Asamblea lo bloquee para justificar el decreto de la muerte cruzada.

Sin embargo, para esa misma semana está prevista la comparecencia del Presidente Lasso y su familia a la Asamblea Nacional, para que explique a la Comisión Especializada Permanente de Garantías Constitucionales, encargada de la investigación sobre los Pandora Papers, por decisión del pleno de la Asamblea, sobre las inversiones en banca offshore tanto del Presidente como de su familia directa. 

Es decir, van a coincidir tanto la comparecencia del Presidente y su familia, cuanto el probable envío de las leyes económicas urgentes. Es fácil deducir que será la presencia del Presidente Lasso en la Asamblea, la que acapare la atención nacional y la que ponga en el centro del debate público el affaire de los Pandora Papers. 

Lo que la Asamblea decida sobre sus proyectos de ley, a pesar de su importancia, no puede rivalizar con este hecho mediático y político que es la comparecencia del Presidente y su familia a la Asamblea Nacional. 

De una manera u otra, la sociedad entera se involucrará de lleno en esta discusión. Los grandes medios de comunicación que han tratado de soslayar la importancia de las filtraciones de los Pandora Papers en esta ocasión no podrán restar la jerarquía que tienen esas filtraciones así como la responsabilidad del Presidente Lasso en inversiones offshore. El debate nacional es inevitable y la sociedad tendrá mayores elementos de juicio para formarse una opinión al respecto. Es indudable, por cierto, que esta comparecencia del ejecutivo copará todas las redes sociales.

El Presidente, por supuesto, que negará toda acusación y se mantendrá en la línea discursiva de la teoría de la conspiración y se escudará en sus aportes de impuestos pagados durante todos estos años y tratará de defender a su familia adoptando la posición de víctima de la persecución política por sus logros tan tempranos en el gobierno. Pero no están en juego ni sus aportes en impuestos al fisco, ni su gestión gubernamental, sino la veracidad de las filtraciones de los Pandora Papers.

Es decir, para el Presidente y su familia será difícil negar su relación con inversiones offshore, porque esas inversiones offshore existen y han sido filtradas por la investigación realizada por el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés), que, además, nada tiene que ver con el sistema político ecuatoriano. 

Conforme se tiren de los ovillos se llegará a comprobar que, efectivamente, el grupo económico liderado por Guillermo Lasso, forma parte de la globalización de capitales y de la trama de las offshore. Lo complicado de esta coyuntura para el grupo económico del Banco de Guayaquil, son los fideicomisos en Dakota del Sur, EEUU, porque este Estado, es el único en el mundo que permite formar fideicomisos perpetuos y en los cuales el constituyente del fideicomiso es también su principal beneficiario. Los Pandora Papers indican que los fideicomisos del grupo económico encabezado por Guillermo Lasso, salieron de Panamá para refugiarse en Dakota del Sur, EEUU. Si esto es así, entonces la situación para el Presidente Lasso es más delicada aún porque afronta una posible acusación penal, no solo para él, sino también para su familia.

Entonces, la cuestión es analizar cuál de los dos eventos se va a imponer sobre el otro: o el nuevo envío de las leyes económico-urgentes, o la comparecencia del Presidente Lasso en la Asamblea Nacional. De eso dependerá el desenlace futuro. 

Si el Presidente Lasso puede demostrar que la Asamblea bloquea sus iniciativas, entonces tiene la justificación para disolver la Asamblea y frenar la investigación en su contra. 

Pero si en la comparecencia el Presidente o alguien de su familia, comete el más mínimo desliz o realiza declaraciones que pueden ser interpretadas en su contra, o simplemente se trasluce el entramado de los fideicomisos, entonces habrá un consenso nacional que ratifique la culpabilidad del Presidente y su suerte estaría echada. 

El Presidente entra a la comparecencia a la Asamblea con un escenario desfavorable, con una pérdida importante de su credibilidad, y sin ningún apoyo político en la Asamblea Nacional, salvo de los pocos asambleísta de su propio partido político. 

La coyuntura demuestra que el Presidente nunca tuvo operadores políticos consistentes, quizá esto se deba al hecho que su ideología neoliberal y libertaria desprecia a las ciencias sociales y a la política, pero ahora que comprende la importancia que tiene el análisis político, y la comprensión de la política, ya sea tarde para él. 

Es por ello que, en su imaginario, se inventa la realidad para suplirla ante sus propias debilidades de confrontarla. En sus inventos cabe una contradicción evidente, de una parte acusa al líder indígena Leonidas Iza, Presidente de la organización indígena CONAIE, de ser parte del “triunvirato de la conspiración” (son los términos utilizados por el propio Presidente Lasso), y, de otra parte, menciona que tendría los votos de Pachakutik para evitar su destitución. ¿Acaso alguien en el Palacio de gobierno no le aclaró al Presidente Lasso que la CONAIE y Pachakutik obedecen al mismo proyecto político? 

La cuestión es saber ahora si el Presidente Lasso tiene el capital político para adelantarse a la Asamblea y convocar a la muerte cruzada. Pero tiene los tiempos en contra. Si el ejecutivo presenta los proyectos económicos-urgentes, quizá sea probable que la Asamblea les dé el trámite de rigor. Esto significa que en un mes la Asamblea podrá pronunciarse sobre esos proyectos de ley. No es necesario ser nigromante para saber que, tal como están redactados en su versión original esos proyectos de ley, probablemente sean rechazados o modificados sustancialmente por el pleno de la Asamblea. Pero un mes, a partir de la presentación de esos proyecto de ley, es demasiado tiempo para que el Presidente Lasso pueda tomar decisiones y, sobre eso articular su estrategia política.  

En efecto, cuando se cumpla un mes de la presentación de esos proyectos de ley, la Asamblea Nacional ya habrá conocido el informe de la Comisión de Garantías Constitucionales, y el pleno de la Asamblea Nacional ya se habrá pronunciado sobre el juicio político al Presidente de la República, y probablemente, bajo el amparo del artículo 130 de la Constitución, proceda incluso a la destitución del Presidente Lasso, porque todas las pruebas apuntan en su contra. Y quizá, lo más grave y preocupante para el Presidente Lasso, sean las posibles imputaciones penales para él y su familia.

La decisión de la Asamblea Nacional podría tener apoyo nacional y estaría, además, dentro de las iniciativas mundiales que rechazan que líderes políticos de elección popular escondan sus patrimonios en bancas offshore. De hecho, en Chile se ha iniciado un proceso parecido al ecuatoriano por parte del Congreso de ese país, y la Fiscalía de Chile ya ha iniciado la acusación correspondiente en contra de Sebastián Piñera, hasta entonces Presidente de Chile, algo que aún no ha ocurrido en Ecuador. Varios líderes mundiales, como su Santidad Francisco I, han sido categóricos en rechazar a los políticos que esconden sus fortunas en los paraísos (o guaridas) offshore. Es decir, incluso para sus mismos aliados políticos, como son los grandes medios de comunicación, la tarea de defenderlo será ardua y cuesta arriba.

En cambio, una decisión de aplicar la muerte cruzada por parte del ejecutivo, cuando se produce justamente su comparecencia en el legislativo, y cuando la Asamblea Nacional no se ha opuesto a tramitar sus iniciativas legislativas siempre y cuando respeten la Constitución y la ley, puede ser vista como una estrategia desesperada para huir de la justicia. En ese contexto, sería una medida adoptada sin ningún apoyo social y ciudadano. Sus propios partidarios y aliados verían muy difícil justificar una decisión de ese calibre. 

Eso lleva el conflicto político por fuera de las coordenadas del sistema político, es decir, a las calles. Es difícil que la sociedad y las organizaciones sociales, no reaccionen ante esta iniciativa del régimen, y más difícil aún que esas organizaciones avalen los Decretos-Ley que el Presidente Lasso emita, o que las organizaciones sociales decidan no hacer nada. Lo más probable es que el país entraría en un escenario de conflicto social y sin ninguna institucionalidad que amortigüe ese conflicto social. La confrontación sería directa. Las organizaciones sociales se movilizarán en contra de esos Decretos-Ley, por la sencilla razón que son regresivos en materia de derechos humanos, derechos laborales, derechos sociales, derechos colectivos.

En un escenario de esa naturaleza, la destitución del Presidente Lasso será por la vía de la movilización social, y con un balance muy fuerte en violencia estatal contra la población. Se pagarán con víctimas inocentes los errores del ejecutivo. Es el retorno de Octubre-19, pero quizá reloaded. El Presidente Lasso y su equipo deben calibrar los costos sociales y políticos para adentrarse en un escenario de muerte cruzada sin apoyo social, sin capital político y sin justificación alguna.

Como puede apreciarse, tal como está el escenario político del Ecuador, el margen de maniobra del Presidente Lasso es cada vez menor. Está prácticamente a una o dos jugadas del jaque mate. No tiene escapatoria posible. 

El mismo Presidente Lasso, en entrevista con el líder de opinión Carlos Vera, en la segunda semana de octubre de 2021, se encargó de acotar su propio espacio. Sus violentas acusaciones contra los líderes de las fuerzas políticas más importantes del país, Rafael Correa, líder de UNES, Jaime Nebot líder del partido socialcristiano y Leonidas Iza, líder de la CONAIE, le cerraron aún más el poco espacio político que tenía. En esa entrevista, el Presidente quemó sus naves. Él mismo fijó un punto de no retorno. Se puso en línea de confrontación directa con las tres fuerzas políticas más importantes del país y de las cuales depende su propio futuro político. No solo eso, sino que se enajenó de los sectores medios que constataron las debilidades conceptuales del Presidente para comprender su propia situación.

Si luego de la comparecencia en la Asamblea Nacional, el Presidente Lasso siente que está prácticamente a una jugada del jaque mate y que su opción por la muerte cruzada ya no es tan posible, porque no tiene ningún margen de maniobra y podría llevar al país al caos que podría liquidar incluso a su partido político, y que su propia familia está en riesgo inminente, entonces cabe suponer que renuncie. Una renuncia le evita el trago amargo de pasar por la destitución y le da algo de margen de maniobra para proteger a su familia. 

La renuncia del Presidente Lasso puede ser esgrimida por sus aliados y su propio partido como un valeroso gesto de dignidad, prudencia y sensatez, de un líder que tuvo que confrontarse a poderes que lo rebasaron y que no querían que el país cambie. Eso le puede ayudar a Guillermo Lasso, al menos momentáneamente, a protegerse a sí mismo y a su familia, de las implicaciones legales de tener inversiones en banca offshore y participar en la política. Por supuesto que esa renuncia le pone al país en otro registro político que sería luego necesario comprender.

La conclusión que se formula como pregunta, por tanto, es ¿está consciente el Presidente Guillermo Lasso que la coyuntura política no le lleva a ningún otro camino que no sea su renuncia como Presidente de la República?

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